Existe la creencia de que Leonardo Da Vinci
creó el primer boceto en papel de una bicicleta (¡que incluía hasta la cadena
de transmisión!) a finales del siglo XV, pero el investigador alemán
Hans-Erhard Lessing demostró en 1997 que el diseño se introdujo en los
documentos de Leonardo a partir de 1961. También a finales del siglo XVIII, un
francés, el conde de Sivrac habría inventado el celerífero, un primitivo cuadro
sobre dos ruedas con una cabeza de animal, pero autores como Max Rauck, Gerd
Volke y Felix Paturi han desmentido esta fecha atribuyéndola antiguas
rivalidades nacionalistas entre franceses y alemanes.
En
1816, Karl Dreis, inventor y aristócrata alemán creó lo que sería el primer
vehículo dirigible con dos ruedas en linea. No tenía ni pedales, ni cadenas, ni
frenos, sino que avanzaba y frenaba con los pies, pero sí tenía las ruedas, el
sillín, el manillar, el cuadro y un sistema de dirección bastante más aparatoso
que el que hoy conocemos. Dreis pensaba que su “máquina de correr” o
laufmaschine, como la bautizó revolucionaría el transporte de su época, pero no
pasó de ser una máquina recreativa muy poco utilizada, aunque sirvió como
prototipo para otros posteriores.
En 1839 el herrero
escocés Kirkpatrick Macmillan añadió pedales con barras a un
prototipo. Estas innovaciones permitieron al ciclista impulsar la máquina con
los pies sin tocar el suelo. El mecanismo de impulsión consistía en pedales
cortos fijados a las ruedas traseras y conectadas por barras a unos pedales
situados delante del ciclista. Era impulsada por el empuje de los pies hacia
abajo y hacia adelante. La utilizó para realizar viajes dentro de su Escocia
natal, pero no llegó a patentar ni vender su invento, por lo que ante la falta
de evidencias documentales de esas fechas siempre ha habido escepticismo alrededor
de la fecha concreta de creación.
En
Francia, los hermanos Michelín crearon un neumático desmontable
y en Italia, Giovanni Battista Pirelli hizo lo propio. Con el
neumático y unas cuantas cámaras de recambio se podía ir a todas partes. Las
bicicletas de entonces pesaban entre 18 y 20 kilos.
El 31
de mayo de 1889 nació oficialmente el ciclismo de competición. Los
hermanos Olivier , asociados de la fábrica de Michaux, organizaron
una carrera en el parque de Saint Cloud de París con 1200 metros de recorrido
en la que tomaron parte unos pocos ciclistas. A partir de entonces comenzó la
fiebre del ciclismo. En el aspecto técnico se investigaba a marchas forzadas
para encontrar nuevas soluciones. La velocidad se convirtió en una obsesión en
detrimento del peso, el equilibrio o la seguridad. Los fabricantes tendieron a
homogeneizar sus máquinas y las descomunales ruedas delanteras se redujeron a
un diámetro de 80 centímetros. Estos inventos, junto con el uso de tubos de
acero soldados y los asientos de muelles, llevaron a la bicicleta a la cumbre
de su desarrollo.
A
principios del siglo XX nacerían las primeras competiciones nacionales de
gran nivel, como el Tour
de Francia, o el Giro de Italia pero todos los avances surgidos desde el
siglo XIX contribuyeron a crear la bici tal y como la conocemos hoy.
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